ROSITA CONVOCA A SIEMPRE A SU FAMILIA

Rosita siempre será un motivo de integración, cada vez que se presenta una oportunidad de visita a la señora Rosita sus hijos, nueras y nietos, se convocan para compartir con esta gran mujer, como un homenaje a todo ese esfuerzo por mantener en un buen nivel su familia.

Aqui se muestra la familia de Carlos, la familia de José y Ana, quienes comparten con Rosita un almuerzo, se lleva a cabo en el patio de la casa que a través de los años se ha ido transformando de acuerdo a las necesidades.

Cuando iniciaron la construcción de la casa, en este lugar estaba el lavadero y donde están los niños Oscar y Julian se encontraba una ventana en madera que permitía la entrada de luz y ventilación a la alcoba donde dormiamos casi todos, el piso era en tablado. Al lado donde siempre ha estado la cocina y el baño. Ahora ya no hay ventana, no hay alcoba y el baño se ha transformado en uno para el servicio de la tienda de Rosita. La alcoba ahora es una bodega de la cervecita y la gaseosita, además de servir como cuarto de san Alejo. La persona artifice de todos estos cambios ha sido nada menos y nada mas que Rosita, a través del emprendimiento que siempre la ha caracterizado. Desde que se hizo la compra de la casa la cual era muy humilde y sin servicios públicos, con el trabajo constante de ella y de la familia que la acompaño en esta travesía. Desde que tengo memoria Rosita cocinaba con carbón, había una gran estufa de carbón donde hasta calentador de agua tenía, cuando el buitrón se tapaba, se hacía una bola con un costal amarrada con un lazo para destapar el buitrón que era de tubos de gres, se cargaba el carbón desde las fábricas de ladrillos que habían por allí cerca de la casa, el agua igualmente se cargaba desde una pila comunal, la calle frente a la casa era destapada, me acuerdo que estaban colocando los pozos del alcantarillado, en fin el proceso que se vivió en la familia con la preparación académica de cada uno de los muchachos, los que de una u otra manera se pudieron capacitar al mismo tiempo que trabajaban, Rosita como siempre buscando la manera de mejorar las condiciones de vivienda, con el paso del tiempo y con los diferentes trabajos que tuvo, se le ocurrió la idea de volverse comerciante, así inició la tienda que hoy día la hace sentir independiente y útil. Con una caja de fruta comprada el dia jueves en la plaza de Las cruses donde se hacía el mercado en la horas de la noche cuando se encontraban los saldos de los vendedores, también se hacían envueltos de mazorca con una receta que se chupaban los dedos y hasta las hojas de amero con las que se envolvia una sabrosa masa de mazorca con mantequilla, uvas pasas, canela y azucar, tambiíen se vendián dulces de dos por cinco centavos. Poco a poco se fué agranadando el negocio y trabajando aunadamente con sus hijos el negocio se encargó de hacer que las condiciones familiares y de la casa se mejoraran notablemente. Esa ha sido la proyección que seguramente Rosita había soñado y ha estado trabajando fuertemente para alcanzarla.